El chungo le debía una a La Cabra y ella sabía perfectamente lo que quería, ahora ellos dos eran buscados en todo Estados Unidos así que no querían quedarse mucho más tiempo allí; el chungo, con unos contactos consiguió una patera y embarcaron hacia España de nuevo.
Llegaron a Galicia pero no puedieron quedarse mucho tiempo, a La Cabra le gustó y pensó que podría volver otro día, de momento iban a Pamplona, a celebrar que habían llegado vivos.
En el momento en el que soltaron a los toros y empezaron a correr la cabra se quedó atrás para vacilar a los toros pero uno de ellos la corneó y la cabra se lo hizo pagar, avanzó hasta ponerse de frente a ellos y en cuanto vinieron se lió a cornadas cotra todo bicho con cuernos que pasaba.
Después, todos los aficionados le echaron en cara el que no quedasen toros y cuando La Cabra se ofreció voluntaria para hacer de toro, todos los cacho burros y guiris borrachuzos que había por ahí se ofendieron aún más, así que la cabra no volverá a ir por Pamplona en su vida, se va estrechando el cerco de sitios a los que no puede ir, España se le va quedando pequeña...
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