''¡No! ¡¿Por qué debo creerte después de todo lo que has hecho?!''
''Cabra tú lo sabes, únete a mí y seremos invencibles''
''¡No! ¡Jamás!''
En la cara de Otawa brilló una sonrisa maléfica y dijo ''Entonces, muere.''
Los cuernos de Otawa fueron a parar al cuerpo de La Cabra y ella cayó.
Las fuentes de la R.A.O los informaron de lo sucedido y emprendieron una búsqueda para al menos, honrar su difunto cuerpo, y recordarla como un héroe.
Por fin encontraron un cuerpo flotando en un lago, cuando ya estuvo en la orilla, aquel cuerpo aparentemente inerte se lió a cornadas hasta qaue vió que era la resistencia y no Otawa, aun así destrozó a una cabra por dentro pero bueno, eso está solucionado.
La Cabra, ya recuperada les contó como había ido todo, y la excusa de su derrota fue que no estaba aún preparado pero en realidad el motivo era otro. ¿Cómo iba La Cabra a enfrentarse a su padre? La Cabra pensaba que se habían equivocado, que ella no era aquel Elegido del que hablaban.
La profecía hablaba de un gran héroe, no de un alma tan cruel capaz de matar a su propio padre.
Una semana después, cuando La Cabra paseaba por una ladera, se encontró con Otawa, fue entonces cuando pudo contemplar su mirada, puede que Otawa fuera su padre, pero esa mirada no es la de un padre. Entonces se dió cuenta de todo, era Otawa quien lo había intentado matar sabiendo que era su hijo, La Cabra no había visto nunca a Otawa, no lo conocía, solo sabía de él todas las atrocidades de las que había sido testigo.
Otawa pasó delante de La Cabra, confiando en que no se atrevería ni a tocarle pero no fue así, La Cabra se lanzó contra él y con una cornada lo colgó de un precipicio.
''No serás capaz de hacerle eso a tu padre, ¿verdad?'' Un maléfico brillo relucía en los ojos de Otawa.
''Tú no eres mi padre''. La Cabra hizo que Otawa se soltase y cayera al vacío. Nunca volvió por allí, ni si quiera para comunicarles la noticia a la R.A.O.
No hay comentarios:
Publicar un comentario